martes, 7 de mayo de 2013

Cómo evitar que el gato se pula las uñas en nuestros sofás, alfombras,puertas, etc si se niega a usar el rascador.



Trucos para que tu gato utilice el rascador:

Dar ejemplo, conviértete en gato: rasca tú mismo sobre el rascador, tómalo como un juego con tu gato. El minino te mirará y quizás no haga nada, pero tomará buena nota. Repite varias veces al día, y no olvides rascar de forma que suene lo suficiente, ras, ras...ya sabes. También puedes pasar sus patitas sobre el rascador, suavemente, después de haberle hecho tú la demostración. Algunos gatos lo pillan a la primera, y a otros les cuesta más, pero hay que insistir.

Ir moviéndolo: Si tu gato tiene la manía de rascar zonas prohibidas, como el sofá, sillas, etc, puedes colocar el rascador justo donde rasca, y al usarlo dejará sus huellas. Encontrarás muchos más consejos para hacerle desistir de determinadas zonas en este otro post. Bueno, decíamos, el gato dejará sus huellas en el rascador, impregnándolo con sus feromonas, unas hormonas que lleva el gato en las almohadillas y que le hará reconocerlo y seguir usándolo, aunque lo cambies de lugar. Por cierto, el cambio ha de ser progresivo.

El truco de la hierba gatera: Algunos gatos se muestran muy apáticos con los rascadores. Podemos estimularlos con catnip (hierba gatera) para despertar su interés, y en este caso lo haríamos rociando con un spray estracto de catnip o pasando con fuerza unas cuantas hierbas por la superficie del rascador.

Elegir un lugar tranquilo: Los lugares bulliciosos no son buena opción para ubicar un rascador. Hay que tener en cuenta que rascar es parte de sus rutinas, muy unidas a dormir y relajarse. Así, mejor buscar áreas tranquilas, o colocarlo cerca de donde duerme, una zona que él considera suya y querrá tener marcada. Nunca situarlo cerca de la bandeja de aseo o comida.

Rascarse tiene premio: También es útil reforzar su uso ofreciéndole una golosina cuando acabe de rascar. También puedes acariciarle o darle o hacer algo que sepas que le guste. Pero no dejes pasar ni un instante entre ambas acciones, pues el gato no relacionará una con la otra y no servirá de nada.






Probar y probar: A veces, el problema es el tipo de rascador, y su posición en vertical, horizontal, en tal o cual lugar. Cada gato es un mundo, y algunos se niegan a rascarse en unos rascadores, pero no en otros. Incluso, hay razas que requieren un tipo concreto de rascador. Les pasa a los Van Turco, y otros gatos grandes, enérgicos, necesitan un palo rascador de suelo a techo, bien sujeto. 








Si no quieres arruinarte comprando los innumerables modelos que hay a la venta, lo mejor es probar primero con soluciones baratas: un trozo de alfombra vieja o una esterilla, bien sujetas al suelo o a la pared, o un trozo de tronco. Atención a usar esterillas en uso, podrían estar contaminadas con sustancias que arrastramos en los pies, y también cuidado con las astillas de algunas maderas y de materiales tipo caña, bambú o mimbre. Y no lo olvides, nuestra misión es averiguar si les gusta rascarse en horizontal, en vertical, si les basta un rascador pequeño o si lo precisan mediano, incluso grande...



  







Fuente: http://www.gatosencasa.com