miércoles, 9 de enero de 2013

Primeras imágenes de una granja peletera rusa


Moscú
Rusia
Esta nueva investigación vuelve a dejar patente el horror que oculta cualquier granja peletera. Las circunstancias que rodean a la granja Pushkinsky, además, podrían estar suponiendo un gran peligro para miles de otros animales, lejos de sus instalaciones.

El 31 de diciembre 2012, activistas rusos distribuyeron un vídeo y un informe sobre su visita a una granja peletera de la región de Moscú en 2011.
Martas, hurones, visones, zorros y mapaches son criados aquí por su piel, mientras que las marmotas son criadas en zoológicos y viveros.
Todos los animales son alimentados con el mismo tipo de comida: una mezcla de pescado y carne picada, cereales y harina de huesos. Esta harina de huesos se fabrica a partir de los cadáveres de sus congéneres. A pesar de que el canibalismo involuntario en la industria de la carne causó la epidemia de encefalopatía espongiforme bovina, en las granjas peleteras rusas esta práctica continúa siendo aceptada.
 ► Vídeo de la investigación en la granja peletera rusa Pushkinsky:
Los animales son matados mediante inyección de ditiline, un veneno que paraliza las vías respiratorias en 15-20 minutos. Durante todo este tiempo agonizan plenamente conscientes. La vida de los animales más afortunados dura menos de un año y suele transcurrir de abril a noviembre. El uso de ditiline está totalmente prohibido en la Unión Europea. Pero los trabajadores de "Pushkinsky" están lejos de las tendencias occidentales y el ditiline resulta un método muy barato.
Curiosamente, existe una fábrica de "alimentos para mascotas" junto a la granja de pieles. Se sospecha que los restos de los animales de peletería, matados por envenenamiento, sirven después para fabricar la harina de hueso que no sólo alimentará a sus congéneres, sino también a perros y gatos de todo Moscú.
Inicialmente, a los bebés recién nacidos se les permite alimentarse de su madre, pero a las pocas semanas serán separados de ellas y trasladados a jaulas más estrechas. En ellas, los animales son alimentados mediante pegotes de comida vertidos sobre el techo de sus jaulas y que van cayendo por entre los barrotes. Debido a esto, las jaulas están siempre manchadas de restos de comida y heces, siendo focos de infección y cría de todo tipo de insectos y parásitos.
Los animales apenas se reproducen en estas condiciones, por lo que reciben la “ayuda” del personal de la granja, que hacen uso de la electroeyaculación o la masturbación directa de los machos.
Debido a todos estos factores, los animales enferman física y psicológicamente. Uno de los síntomas más evidentes son las estereotipias o repeticiones monótonas, como suele ser moverse constantemente en círculos por la jaula. Si un animal enloquece “demasiado” es eliminado antes que el resto. Esto sucede por ejemplo con las madres que tienden a matar a sus cachorros, ya que sus genes podrían “echar a perder” generaciones enteras en el futuro.
No hace falta decir que los alrededores de “Pushkinsky” son un buen ejemplo para todos aquellos que justifican las granjas de pieles por su supuesto valor ecológico, afirmando que es más natural y mejor para el medio ambiente vestir con pieles que con otro tipo de materiales. El hedor de las heces y cadáveres putrefactoses cada vez más fuerte según nos acercamos a la fosa séptica en la que los desechos de esta granja son volcados y donde las aves carroñeras tratan de encontrar algo que comer.
Según cifras de 2011, aproximadamente 22.000 animales son matados cada año en la granja peletera “Pushkinsky". Esta legendaria granja fue fundada en 1927 y construida con capacidad para alojar a 500.000 animales. Incluso tenía un notorio laboratorio de selección, donde fue creada la raza de marta “golden sable”, que se hizo muy popular poco después.
A pesar de hacer frente a inmensas deudas y no contar con el apoyo del Estado, "Pushkinsky" continúa con su actividad.





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